Cómo conducir un coche de gasolina

conducir coche de gasolina

Seguro que alguna vez te has preguntado si los coches de gasolina requieren una conducción distinta a los diesel. Después de todo, se trata de motores distintos y combustibles distintos.

Lo cierto es que las diferencias entre la conducción de un coche de gasolina y uno de diesel no son especialmente significativas. Sin embargo, sí existen una serie de recomendaciones específicas que te recomendamos poner en práctica.

Si quieres saber cómo conducir un coche de gasolina, presta atención al artículo de hoy porque voy a enseñarte unos cuantos trucos que te permitirán alargar la vida útil del motor.

Cómo arrancar un coche de gasolina

En primer lugar, debes tener en cuenta que la fase de arranque es similar a la de un motor diesel. Por supuesto, debes evitar pisar el acelerador. Además, resulta conveniente dejar la caja de cambios en punto muerto o, en su defecto, pisar el embrague para desacoplar el motor

Cuestión distinta es la que se refiere al inicio de la marcha con un coche de gasolina.

Mientras que con diesel, es necesario esperar unos segundos hasta que el motor esté perfectamente lubricado, cuando se trata de un motor de gasolina, es posible iniciar el movimiento sin problema alguno.

Cómo poner en marcha un coche

Cómo cambiar de marchas en un coche de gasolina

Los cambios de marchas en un coche de gasolina deberían tener lugar cuando el motor alcanza entre 2.000 y 2.500 revoluciones por minuto.

Además, el uso de la primera marcha debería limitarse al inicio del movimiento o maniobras de estacionamiento. Esto quiere decir que, apenas pasados 2 segundos tras el inicio de la marcha o bien recorridos 6 metros, deberás engranar segunda.

No obstante, también es posible utilizar la velocidad como una referencia para proceder al cambio de marchas. En ese caso, las recomendaciones estándar son engranar la tercera marcha una vez alcanzados los 30
kilómetros por hora, cuarta marcha al alcanzar los 40 km/h y quinta velocidad a partir de los 50 km/h.

Sea como fuere, estas últimas recomendaciones son aplicables también a un vehículo diesel. La única diferencia significativa es la referida a las revoluciones del motor.

¡Precaución: el mal uso de las marchas incrementa el riesgo de accidente!

Se me cala mucho el coche de gasolina

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las personas que han aprendido a conducir con un coche diesel es que el paso a los motores de gasolina les exige cierto tiempo de adaptación.

Durante ese periodo, lo más habitual es que el coche de gasolina se les cale con mucha frecuencia, o por lo menos, más veces de lo que les gustaría. Esto se debe a que los coches diesel tienden a iniciar el movimiento al apenas soltar ligeramente el embrague, mientras que los coches de gasolina requieren pisar primero el acelerador.

En cualquier caso, los coches de gasolina más modernos han reducido mucho el gap respecto a estas sutiles ventajas de los motores diesel, de manera que, en la mayor parte de los casos, no debería ser un problema.

Cómo conducir un coche de gasolina en cuestas

Por el mismo motivo que en el caso anterior, la conducción de un coche de gasolina en cuestas o pendientes ascendentes requiere algo de mayor pericia al volante. Éste es un problema habitual para todos los conductores noveles; sin embargo, los coches de gasolina requieren además un juego de pies más ágil que con los diesel.

El primer consejo que suele darse es el poner el freno de mano, especialmente, si la pendiente es muy pronunciada. Acto seguido se debe pisar el embrague y engranar la primera marcha.

Sin soltar el embrague, ha de presionarse ligeramente el acelerador. Sólo entonces puede levantarse el pie del embrague poco a poco, hasta asegurarse de que el vehículo ha ganado velocidad y no hay riesgo de que el motor se cale.

Otras diferencias entre conducir diesel y gasolina

Además, de las diferencias ya señaladas entre conducir un coche de gasolina y uno diesel, existen otros aspectos que los distinguen y que incluso pueden suponer ciertas ventajas. Todo depende del tipo de uso que se vaya a dar al vehículo en cuestión.

Conducción más suave

Los coches de gasolina posibilitan una conducción mucho más suave. Las marchas pueden estirarse durante más tiempo, lo que posibilita una aceleración más progresiva.

Conveniencia del motor de gasolina en función de los kilómetros a recorrer

En otro orden de cosas, si no tienes intención de hacer un uso intensivo del vehículo, la conducción de un vehículo de gasolina puede resultar más rentable que la de uno diesel.

Por regla general, si conduces menos de 10.000 kilómetros al año o te limitas a una conducción por ciudad, el coste extra que supone la compra de un motor diesel no resulta rentable.

Motor gasolina en función de los kilómetros a recorrerHay que tener en cuenta que la diferencia de precios entre la gasolina y gasoil se ha ido estrechando con el paso del tiempo. Por supuesto, los motores de gasolina consumen menos combustible, pero ésta es una ventaja que resulta relevante cuando se recorren grandes distancias en poco tiempo. En caso contrario, lo más apropiado y rentable es conducir un coche de gasolina.

Conducción de un coche de gasolina para la ciudad

En el caso concreto de aquellos conductores que se limiten a la conducción por ciudad, la utilización de un vehículo diesel no tiene ningún sentido. No sólo no van a poder sacar partido del menor consumo de un diesel, sino que además se exponen a la aparición de averías como consecuencia de la acumulación de hollín en los filtros antipartículas o cualquier otra parte crítica del motor.

En conclusión, si el uso que piensas dar a tu próximo coche no es demasiado intensivo, la mejor recomendación es que optes por el motor de gasolina. Sin lugar a dudas, no hay nada como conducir un coche de gasolina para poder disfrutar de una conducción fluida, cómoda y libre de averías mecánicas.

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