Resistencia al avance del vehículo: guía superfácil

resistencia al movimiento de un vehículo rojo

Si eres un aficionado al automovilismo o has visto las retransmisiones de las competiciones de la Fórmula 1, seguro que sabrás cómo de importante es conocer la resistencia al movimiento de un vehículo.

La cuestión es que esto no es algo que únicamente afecte al deporte de competición, sino que tiene una repercusión directa sobre el rendimiento de tu coche.

Nos referimos, por supuesto, al consumo de combustible, la estabilidad en el paso por curva, la distancia de frenada, etc.

Cuanto mejor conozcas qué factores generan resistencia al avance del vehículo, mayor partido podrás sacarle y mejor será tu estilo de conducción.

Empecemos por lo básico.

¿Cuáles son las resistencias al avance de un vehículo?

El avance de un vehículo se logra gracias al funcionamiento del sistema de transmisión que une el motor con los ejes de las ruedas.

Sin embargo, este avance tiene que enfrentarse permanentemente a múltiples fuerzas o resistencias:

  • Resistencia de rodadura.
  • Resistencia al aire.
  • Resistencia al rozamiento mecánico.
  • Resistencia de inercia.
  • Resistencia por pendiente.

Resistencia a la rodadura

A la resistencia a la rodadura también se la conoce como rozamiento de rodadura y tiene lugar cuando el neumático rueda sobre una superficie plana en línea recta.

Esta resistencia se produce por la deformación del neumático y, en su caso, de la superficie sobre la que se rueda.

No obstante, hay muchos factores que influyen en lo que se denomina como el coeficiente de resistencia a la rodadura: la velocidad a la que se circula, el peso del vehículo, la adherencia de la superficie, así como el radio, el material y la presión de la rueda.

En nuestro artículo “Cómo influyen los neumáticos en la conducción”, te explicamos aspectos críticos acerca de la presión y el deterioro de los neumáticos.

Lo que debes tener en cuenta en tu día a día:

Recuerda que la presión de los neumáticos y su buen estado de conservación, la carga que lleves en el coche y el terreno por el que te desplaces influyen en la resistencia de la rodadura.

Adapta tu conducción a esas condiciones.

Resistencia aerodinámica

La resistencia aerodinámica es la fuerza opuesta que ejerce el aire cuando tu coche está en movimiento. Es decir, la fuerza que se opone al avance de tu vehículo a través del aire.

Esta resistencia depende del tamaño y la forma exterior del vehículo, la velocidad a la que se circula, la densidad del aire y, por supuesto, la dirección y fuerza del viento.

Los famosos túneles de viento se utilizan para calcular el coeficiente aerodinámico de los distintos modelos de coche.

Por regla general, dicho coeficiente se sitúa entre 0,20 y 0,40, tratándose de vehículos de producción en serie.

Lo que debes tener en cuenta en tu día a día:

Los vehículos con una caja de carga abierta pueden tener hasta un 30% más un consumo de combustible en comparación con aquellos con carga cerrada.

Por otro lado, tanto cuando circules con un fuerte viento, como cuando cambies tu coche habitual por un vehículo más grande notarás una mayor resistencia aerodinámica que influirá en el comportamiento del vehículo.

Resistencia del rozamiento mecánico

La resistencia del rozamiento mecánico es una de las menos tenidas en cuenta por los conductores. Sin embargo, afecta mucho al rendimiento generado por el motor.

Esta resistencia se debe a la fricción entre las piezas del motor y de la transmisión.

Por ese motivo, es tan importante asegurarse de que el motor cuenta con la correcta lubricación en todo momento.

Si quieres saber más detalles sobre la importancia de los niveles de aceite en tu coche, y otros motivos de la pérdida de potencia, te recomendamos leer:

Principales causas de la pérdida de potencia del motor

Cómo afecta el frío al coche

Resistencia de la inercia

Paradójicamente, la inercia de tu vehículo también puede suponer una resistencia al avance.

Esto es debido a que la inercia es aquella propiedad que tiene un cuerpo –incluido tu coche- de permanecer en su estado ya sea de reposo o movimiento.

Es decir, cuando estás circulando a una determinada velocidad y quieres acelerar, es necesario que la fuerza generada por el motor venza a la resistencia de la inercia.

Cuando necesites llevar a cabo una maniobra que implique acelerar la velocidad en poco tiempo, recuerda que la inercia actual del vehículo supone una resistencia, por lo que tendrás que pisar el acelerador con más ímpetu que cuando estás incrementando la velocidad de forma más progresiva.

Resistencia por pendiente

La resistencia debida a la pendiente tiene lugar cuando te desplazas en tu coche cuesta arriba.

La fuerza opuesta que se genera es directamente proporcional al peso del vehículo y el ángulo de la pendiente.

Siempre que circules por pendientes pronunciadas, asegúrate de engranar una marcha adecuada con la suficiente anticipación para evitar que el motor se ahogue.

Además, es recomendable evitar cambiar de marchas con demasiada frecuencia, a no ser que el ángulo de la pendiente también varíe.

Finalmente, recuerda que la carga que lleves en el coche, afectará a la resistencia por pendiente. ¡Que no pille desprevenido!

¡Estupendo! Ya conoces cuáles con las distintas resistencias al movimiento de un vehículo. Ahora, es el momento de comprobar tus conocimientos cuando se trata de frenarlo.

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