Miedo a conducir: consejos para enfrentar la amaxofobia

Miedo a conducir, amaxofobia

¿Sabes lo que es la amaxofobia? Aunque el nombre parece extraño, el miedo a conducir es padecido por muchas personas.

Los síntomas son diversos y el resultado es uno solo:  licencia de conducir en el bolsillo y el coche en el garaje.

Por supuesto, existe una diferencia entre el miedo sano o admisible, que es natural en las personas que nunca han conducido, o que han pasado por una experiencia traumática –un accidente–, y el miedo patológico y excesivo que bloquea totalmente a una persona para realizar esta actividad.

¿Qué es la amaxofobia?

La amaxofobia es el miedo patológico a conducir un automóvil. Cuando decimos patológico, nos referimos a que la sola idea de tener que realizar esta actividad –conducir un coche–, genera desordenes físicos en la persona.

Esta fobia, afecta a personas de ambos sexos. Las estadísticas en Europa indican que es padecida por personas que se encuentran entre los 30 y los 40 años de edad y que es padecida por el 6 % de la población.

Algunos casos extremos de amaxofobia extremos, pueden destruir la vida social, laboral o profesional de una persona. El miedo se apodera de ellos hasta tal punto, que les impide utilizar un vehículo incluso aunque no sean los conductores.

Las personas que sufren esta patología, deben entender que son víctimas de un miedo irracional. Como sucede con todas las fobias, deben recibir ayuda terapéutica profesional, para establecer el tratamiento más adecuado. No todos los casos son iguales y no tienen el mismo origen.

Amaxofobia: ¿cuáles son las causas?

Pocos casos de amaxofobia son congénitos o no tienen una explicación evidente. Sin embargo, existen, aunque ellos sean muy raros.

Entre las causas del miedo a conducir más comunes tenemos:

  • Un ataque de pánicos, o un estado ansiedad causado por un atasco de tránsito.
  • Haber sufrido un accidente de tránsito traumático.
  • Escuchar una historia acerca de un accidente de tránsito en la infancia o haber perdido a una persona cercana a causa de un accidente de tránsito.
  • Ver imágenes sobre accidentes de tránsito, que afecten la sensibilidad de las personas, en películas, videos, documentales…
  • En algunas personas, con circunstancias psicológicas preexistentes, la vista de grandes cantidades de automóviles en un atasco, puede desencadenar la fobia.

En la mayoría de los casos, la víctima de amaxofobia debe ser tratada con terapia cognitivo conductual, que atienda directamente los síntomas que produce la ansiedad, ofreciendo un plan de trabajo al paciente, de acuerdo con los orígenes de la patología.

Amaxofobia: los síntomas

El simple miedo a conducir no evidencia la existencia de amaxofobia. Como ya lo hemos anotado, existe un miedo natural, que puede ser controlado y tratado. Sin embargo, cuando aparecen los siguientes síntomas, debemos prestar atención, porque estamos frente a una víctima de esta fobia:

  • Ataques de ansiedad tan fuertes, que provocan pánico, temblores, sudores fríos, arritmia cardiaca.
  • Sensación de falta de autocontrol, que lleva a un shock emocional y a la aparición de pensamientos dramáticos en los cuales la persona teme causar un accidente.
  • Antes de padecer la fobia, la persona empieza a ser muy defensivo, a circular lentamente, en los carriles lentos, solamente en calles cercanas a su lugar de residencia. Generalmente, en los inicios, el paciente deja de conducir de noche.
  • Finalmente, el paciente deja de conducir por completo.

¿Cómo superar el miedo a conducir?

La amaxofobia, como cualquier otra fobia, suele tener un origen evidente, pero generalmente también está vinculada a la existencia de ciertos factores, como la sensibilidad extrema, la baja autoestima o incluso otras fobias.  

El tratamiento debe ser emprendido por profesionales en las áreas de psicología o psiquiatría de ser necesario.

Por tanto, las recomendaciones que compartimos a continuación, son solo una guía que no pretende sustituir la ayuda profesional:

  • La superación de la amaxofobia, es una tarea que requiere una gran cantidad de trabajo mental. Por eso, es importante que el paciente asuma un compromiso real. Que en verdad desee superar la fobia, y que esté preparado psicológicamente para enfrentar el vaivén de las emociones que puedan existir.
  • Al decidir superar esta fobia, con la ayuda de un especialista, es importante tratar de determinar la fuente del miedo. Muchas personas empiezan sufriendo este miedo, después de tener un accidente, pero otras no logran nunca descubrir la raíz del problema. Conocer el origen, ayuda a descubrir la solución mucho más rápido.
  • El miedo a conducir, hace que la víctima de esta fobia se sienta enferma tan solo sentándose frente al volante. Un buen inicio, es realizar terapias dentro del coche, estando este aparcado en el garaje.
  • Es conveniente dar pequeños pasos a la vez, bajo supervisión profesional y en un área tranquila que permita reforzar la idea de seguridad.
  • Una vez, se ha superado la etapa de área tranquila, se puede pasar a zonas con mayor movimiento, siempre bajo la supervisión de profesionales tanto en psicología, como en seguridad automotriz.

Si tú piensas que el miedo que sientes a conducir es incontrolable y que te produce episodios de ansiedad y pánico, lo mejor que puedes hacer, es acudir de inmediato a un profesional en salud mental.

Recuerda que gran parte del éxito en la superación de esta, o cualquier fobia, está en tu deseo real de lograrlo.

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